Lina Fernanda Arango Medina es una joven de 23 años de edad,
visionaria, soñadora e inspirada en la vida, nacida el 24 de diciembre de 1992 en
un hogar humilde lleno de amor en el municipio de Palmira, menor de 3 hermanos,
dentro de una familia que defiende la unión y los valores como pilares integrales de un ser.
Desde pequeña comenzó
a idearse lo que sería su futuro, no basado en la utopía de una niña sino en
sus capacidades y habilidades para hacer lo posible y lograrlo, sus padres le
inculcaron el amor como el valor fundamental para hacer todo bien hecho,
cualquier tarea que no se hace con amor no quedará bien hecha.
Por esto el amor
y la pasión por lo que hace la han llevado poco a poco ser lo que actualmente
es.
Inicia su vida laboral muy joven (15 años) y desde ahí se
comenzaron a construir tantas proyecciones como experiencias obtenía a diario,
ingresa a la universidad a los 16 años decidida y con la mirada en sus objetivo,
comienza su formación profesional con el apoyo de su familia.
Comprendiendo y asimilando los obstáculos que suelen
presentarse en el camino, aprendió a encontrar la moraleja de las experiencias
para no detenerse sino aprender y seguir con más ánimo. Esto le ha permitido
disfrutar y valorar los pequeños detalles de la vida, disfrutar desde el primer
momento del día, respirar, observar y escuchar, ver todos los días el azul del
cielo, sentir el calor del sol, ver la infinidad de colores presentes en la
naturaleza, agradecer esto al Padre, le hacen especial, porque no sólo lo lleva
en ella sino que procura multiplicarlo a quien tenga la oportunidad, para que
no se pierda esa magia, la esencia de la vida misma, la sencillez y lo extraordinario
en lo ordinario.
A los 20 años se une a Carlos Felipe su pareja e inician una
vida en la ciudad de Cali, en donde aúnan sueños y esfuerzos para continuar en una
misma dirección, cobijados bajo un mismo sueño y con muchos ideales y
pensamientos compartidos.
Ahora Lina, es una joven empresaria, que lucha día a día por
sus ideales, pensamientos y sueños, compartirle
a las personas faltas de ánimo y amor por la vida las razones que tienen para disfrutar lo que
hacen y llenar de color sus días, asegurar que si se puede cualquier objetivo
que se proponga y sonreírle a todos los buenos y malos momentos que el día
presente, porque de ello depende si recibes una enseñanza, una lección o una
sorpresa.
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